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COFI:FT/VII/2000/9





Tema 8.2 del programa provisional

COMITÉ DE PESCA

SUBCOMITÉ SOBRE COMERCIO PESQUERO

Séptima reunión

Bremen, Alemania, 22-25 de marzo de 2000

CUESTIONES RELATIVAS A LA UTILIZACIÓN SOSTENIBLE DE LOS RECURSOS Y EL COMERCIO PESQUERO MUNDIAL

Indice



INTRODUCCIÓN

1. El Comité del COFI examinó en su quinta y sexta reuniones1 el estado de la explotación de los recursos pesqueros y sus repercusiones sobre el comercio de pescado. Durante estas reuniones, el Subcomité destacó la importancia de unas políticas acertadas de ordenación pesquera para los suministros de pescado en el futuro. Los recursos pesqueros mundiales debían ordenarse de manera sostenible y responsable, respetando los planes de ordenación pesquera de cada Estado Miembro, con el fin de asegurar alimentos para las generaciones presentes y futuras. El Subcomité subrayó la importancia de las organizaciones o acuerdos regionales sobre la pesca para poder gestionar de manera sostenible los recursos pesqueros pertinentes. Varias delegaciones insistieron en el riesgo que representaba para sus recursos el movimiento de flotas extranjeras en sus aguas y expresaron la necesidad de que se aumentara la asistencia técnica y la cooperación en la investigación científica y la ordenación de sus recursos. El presente documento no pretende repetir el debate de las reuniones anteriores, sino centrarse en los posibles efectos del comercio pesquero sobre la seguridad alimentaria.

2. En los 30 próximos años, se prevé que la población mundial aumentará en 2 000 millones de personas, hasta llegar a 8 000 millones. Esto supone también una creciente demanda de alimentos, por lo que es más necesario que nunca prestar atención a la seguridad alimentaria. A este respecto, la pesca y la acuicultura contribuyen notablemente a asegurar suministros alimentarios para las generaciones futuras. El crecimiento neto de la población mundial tiene lugar principalmente en los países en desarrollo donde los alimentos marinos son una fuente muy importante de proteínas, especialmente las comunidades pobres de las zonas costeras. Esto hace que el aspecto de la utilización sostenible de la pesca y la acuicultura sea aún más importante.

3. Para el año 2015 habrá unos 7 000 millones de habitantes más en la tierra. Para atender un consumo anual de pescado superior a 15 kg por persona y año, los suministros totales para el consumo humano habrán de estar comprendidos entre 105 y 110 millones de toneladas. Sin embargo, en Asia, África y partes de América Latina, el crecimiento económico seguirá estimulando un aumento del consumo per cápita. Con un consumo de 17 kg por persona y año, el suministro en el año 2015 tendría que ser del orden de 120 a 125 millones de toneladas. Hasta ahora, es al parecer opinión general que la pesca no excederá de 100 millones de toneladas al año. Si la producción de harina de pescado se mantiene en el volumen actual, unos 70 millones de toneladas de ese total estarían disponibles para el consumo humano. Suponiendo que las tasas de crecimiento de la producción acuícola fueran del 2,5 por ciento al año en China (sin incluir las plantas acuáticas) y del 5 por ciento al año en el resto del mundo, la producción mundial ascendería a unos 55 millones de toneladas (también en este caso sin incluir las plantas acuáticas) para el año 2015. Añadiendo la producción pesquera de 70 millones de toneladas, sería posible alcanzar los 125 millones de toneladas necesarios para suministrar 17 kg por persona y año en el 2015.

4. El comercio mundial de productos pesqueros, expresado en valor, ha aumentado en un 40 por ciento aproximadamente durante el decenio de 1990. Esto puede atribuirse sobre todo a un fuerte aumento de las corrientes comerciales de los países en desarrollo a los países desarrollados. Sin embargo, la débil demanda en el Japón como consecuencia de la crisis económica y el lento crecimiento económico en otras economías desarrolladas dieron lugar a un descenso del comercio mundial de productos pesqueros en 1997 y 1998. Los países en desarrollo representan algo menos del 50 por ciento del comercio total de alimentos marinos.

UTILIZACIÓN SOSTENIBLE DE LOS RECURSOS

5. Durante el decenio de 1990, los países en desarrollo han limitado su participación en la producción mundial, gracias sobre todo al aumento de la producción acuícola. Los ingresos que los países en desarrollo derivan de sus exportaciones de pescado y productos pesqueros de alto valor sirven a menudo para financiar las importaciones de especies más baratas con el fin de cubrir la necesidad de proteínas animales a nivel nacional.

6. Entre los recursos pesqueros que son objeto de ordenación en los países desarrollados, el problema de la explotación excesiva de poblaciones de peces es predominante. Un ejemplo reciente es la reducción de ciertas poblaciones de peces blancos en el Atlántico nordoriental. En lo que respecta a las poblaciones de bacalao del Atlántico que Noruega y Rusia han sometido a ordenación, los contingentes se han reducido notablemente desde 1998 hasta el año 2000. Esto demuestra que una investigación pesquera compleja no implica automáticamente una utilización sostenible de los recursos. El descenso de esta población concreta se produce en un momento en que varias otras poblaciones de peces blancos están disminuyendo en todo el mundo. Esto ha dado lugar a un aumento de los precios y a una reorientación de las corrientes comerciales de especies de peces blancos hacia mercados con capacidad para pagar dichos precios.

7. La adaptación de la capacidad pesquera para obtener el rendimiento máximo sostenible está también supeditada al mantenimiento de un equilibrio en el ecosistema en que están presentes los recursos. En ocasiones, el descenso de una población de peces con valor comercial se debe a la falta de alimentos, pero más a menudo es la consecuencia de un alto grado de depredación. La presión es causada por varios depredadores, entre los que se incluye el hombre. Si se quiere aumentar el volumen que este captura, deberá haber cierta regulación de los depredadores que compiten con él. Esta cuestión controvertida se ha planteado con frecuencia en contextos tanto nacionales como internacionales.

8. A pesar del aumento de la presión sobre la pesca, el incremento de la producción acuícola ha contribuido a aliviar la presión global que ejerce la demanda mundial. La producción de la acuicultura mundial está dominada sobre todo por los países en desarrollo, que producen más del 80 por ciento del total en volumen y más del 70 por ciento en valor. Una parte importante de esta producción se destina al consumo interno. Sin embargo, desde el punto de vista de los ingresos de exportación, el cultivo del camarón es la actividad acuícola más importante en los países en desarrollo.

9. Aunque el aumento de la producción en la acuicultura haya aliviado la presión sobre la pesca, esta producción ha ocasionado en algunas zonas geográficas una degradación de los manglares costeros y de las zonas de reproducción de muchas especies de peces que viven en libertad. Esto representa una importante amenaza para la diversidad biológica y para la evolución en el futuro de la producción pesquera y el comercio internacional de productos pesqueros. Al mismo tiempo, la producción de la acuicultura es más vulnerable a las enfermedades y a los problemas ambientales cuanto más aumenta la contaminación de las aguas costeras. La creciente frecuencia de enfermedades de los peces ha acelerado también el debate sobre los peces modificados genéticamente. En los últimos años se ha mantenido un amplio debate acerca de las repercusiones de los productos modificados genéticamente en la industria pesquera. Si se adoptan tecnologías genéticas en la acuicultura, tal vez sería posible, entre otras cosas, generar especies de peces más resistentes a las enfermedades, con un mejor coeficiente de utilización de los piensos y un aumento de las tasas de crecimiento. De este modo aumentaría la eficiencia de la producción acuícola. Por otra parte, la adopción de esa tecnología podría representar una grave amenaza para la existencia de la diversidad biológica en los ecosistemas acuáticos y para el objetivo de la utilización sostenible de los recursos.

RECIENTES INICIATIVAS INTERNACIONALES RELACIONADAS CON LA ORDENACIÓN Y EL COMERCIO PESQUEROS

10. La utilización sostenible de los recursos pesqueros y su certificación han sido objeto de diversas iniciativas que han tenido objetivos diferentes y han aplicado criterios diferentes en lo que concierne a la certificación. En el caso más sencillo, la certificación y el etiquetado tratan simplemente de suministrar a los consumidores (o a los comerciantes) información sobre las especies y el origen de los productos. En otros casos, la única cuestión es el criterio empleado en la certificación, como ocurre con el atún pescado mediante sistemas inocuos para los delfines. Más complejos son los principios y criterios de la pesca sostenible en que se basan los planes de ecoetiquetado promovidos, entre otros, por el Consejo de la Administración Marina, el Consejo de Acuarios Marinos y la Sociedad de la Pesca Responsable de los Estados Unidos. A nivel internacional, el tema se examinó primeramente en la última reunión de este Subcomité, por recomendación del cual la FAO organizó la Consulta Técnica sobre la viabilidad de elaborar directrices técnicas no discriminatorias para el ecoetiquetado de productos de la pesca de captura marina, que se celebró en Roma del 21 al 23 de octubre de 1998, con fondos facilitados por el Consejo Nórdico de Ministros. La Consulta no llegó a un acuerdo sobre la posibilidad teórica y práctica de que la FAO redactara directrices técnicas para el etiquetado de productos de la pesca de captura marina, pero casi todas las delegaciones indicaron a la FAO como organización internacional idónea para examinar los criterios técnicos aplicables a los planes de ecoetiquetado.

11. Durante el examen del informe de la Consulta Técnica en el 23º período de sesiones del COFI que se celebró en Roma, Italia, del 15 al 19 de febrero de 1999, los delegados acordaron que la cuestión del ecoetiquetado podría tener repercusiones importantes para los sectores pesqueros de los Estados Miembros. Casi todas las delegaciones recomendaron que la FAO iniciara nuevas actividades relacionadas con el desarrollo de los aspectos técnicos del ecoetiquetado durante el bienio actual y en bienios futuros, con sujeción a la disponibilidad de recursos. Sin embargo, otras delegaciones opinaron que la FAO no debería involucrarse en esta cuestión, que debería encomendarse a organismos especializados. Algunas delegaciones pidieron también a la FAO que convocara una segunda Consulta Técnica de composición abierta sobre el ecoetiquetado, de acuerdo con las normas de la FAO que rigen las consultas de esa índole, y pidieron a la Secretaría que preparara el mandato correspondiente, en consulta con los miembros. Al aprobar el informe del 23º período de sesiones del COFI, el Consejo de la FAO, en su 116º período de sesiones, en Roma, Italia, del 14 al 19 de julio de 1999, subrayó la necesidad de asegurar que todo plan de ecoetiquetado fuera transparente, voluntario y no discriminatorio y que no se utilizara para limitar el comercio. El Consejo recomendó que la FAO participara en la labor del Comité sobre Comercio y Medio Ambiente de la Organización Mundial del Comercio, así como en la de otros organismos, para contribuir de esa manera a garantizar que el comercio pesquero no comprometiera la ordenación responsable de la pesca. Para favorecer el cumplimiento de la recomendación del Consejo, la FAO publicó juntamente con la UICN un folleto sobre ecoetiquetado y pesca sostenible, en el que se describe de manera concisa el marco internacional actual para el ecoetiquetado y se ofrecen ejemplos de iniciativas en curso en el sector pesquero. También se examinan las preocupaciones y oportunidades concretas que el ecoetiquetado puede plantear para la pesca, especialmente en los países en desarrollo y los países en transición, y la justificación de unas directrices técnicas convenidas internacionalmente.

12. En 1998, el Subcomité sobre Comercio Pesquero pidió a la FAO que estudiara la conveniencia de que la Organización emprendiera un examen de los criterios vigentes de la CITES para identificar especies consideradas en peligro de extinción que se aplican a especies marinas que son objeto de explotación comercial y, si se consideraba oportuno, que estudiara también un procedimiento apropiado para llevar a cabo un examen de esa índole. Esta petición fue el resultado de la preocupación expresada por algunos miembros acerca de la idoneidad de los criterios vigentes aplicados a las especies marinas que son objeto de explotación comercial. Respondiendo a esta petición, y con la asistencia de Sudáfrica, el Departamento de Pesca de la FAO organizó un taller especial de la FAO sobre los criterios para elaborar las listas de la CITES aplicados a especies marinas que son objeto de explotación comercial. Ese taller se celebró en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en noviembre de 1998. Esta reunión tuvo un carácter oficioso y su único objeto fue recoger información sobre las cuestiones y los posibles planteamientos. Se preparó un informe del taller, en el que se recomendó un examen de los criterios y un procedimiento para ponerlo en práctica. Este informe se presentó en febrero de 1999 al COFI, que aceptó la recomendaciones del taller especial.

13. Como respuesta a la petición del COFI, el Departamento FI inició un examen más detallado de los criterios para elaborar las listas de la CITES aplicados a especies marinas que son objeto de explotación comercial y contrató a tres consultores para que colaboraran en esa actividad. Actualmente se ha elaborado un informe sustancial que se está preparando en su versión final para la imprenta (febrero de 2000). Constituirá un documento informativo para una Consulta Técnica sobre los criterios utilizados en la elaboración de las listas de la CITES que, siguiendo las instrucciones del COFI, está programada para el final de julio de 2000. La Consulta Técnica examinará este asunto e informará al respecto en el período de sesiones del COFI del año 2001, recomendando posiblemente que el COFI proponga a la Secretaría de la CITES algunos cambios en los criterios para elaborar listas aplicables a las especies que son objeto de explotación comercial.

14. En la Reunión Ministerial de la FAO sobre la Pesca de 1999 se acordó elaborar un Programa de Acción Internacional para combatir las actividades pesqueras ilegales, incontroladas y no notificadas. En él debería abordarse la cuestión de cómo desalentar las actividades pesqueras de esa índole. Sin embargo, dadas las características de las diferentes pesquerías, inclusive en algunos casos la gran movilidad de las flotas, así como la distribución de las poblaciones, será necesario que el Plan de Acción Internacional se estructure de manera que se tengan en cuenta esas diferencias. Sin perjuicio de los derechos y obligaciones de los Estados con arreglo al derecho internacional, el Plan de Acción Internacional y su aplicación deberán tratar de combatir y prevenir las actividades pesqueras ilegadas, incontroladas y no notificadas independientemente del lugar donde se produzcan.

15. Los preparativos para la elaboración de un Plan de Acción Internacional para las actividades pesqueras ilegales, incontroladas y no notificadas están muy avanzados en la FAO. Como medida inicial, del 15 al 20 de mayo de 2000 se celebrará en Sydney, Australia, una Consulta de Expertos sobre esas actividades, organizada por el Gobierno de Australia en cooperación con la FAO. Esta Consulta irá seguida de una Consulta Técnica de la FAO sobre ese mismo tema. La celebración de esa consulta está programada en la Sede de la FAO en Roma, Italia, del 2 al 6 de octubre de 2000. Se prevé que el Plan de Acción Internacional sobre actividades pesqueras ilegales, incontroladas y no notificadas se presentará al período de sesiones del COFI que se celebrará del 26 de febrero al 2 de marzo de 2001, para su examen y posible aprobación.

16. La Consulta de Expertos incluirá debates sobre la justificación de utilizar medidas relacionadas con el comercio para facilitar la lucha contra las actividades pesqueras ilegales, incontroladas y no notificadas. Estas medidas se han propuesto como medio para frenar las actividades pesqueras que ponen en peligro las medidas de ordenación acordadas por las autoridades nacionales y regionales competentes. A nivel regional, estas medidas han sido ya o están siendo adoptadas por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (CICAA), la Organización de Pesquerías del Atlántico Noroeste (NAFO), la Comisión para la Conservación del Atún de Aleta Azul del Sur (CCSBT) y la Comisión para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos del Antártico (CCAMLR). Se prevé que los debates se centrarán en la posición de los países desarrollados y en desarrollo y sus opiniones y preocupaciones acerca de la utilización de dichas medidas, reconociendo que no deberían utilizarse como obstáculos encubiertos al comercio

COMERCIO INTERNACIONAL

17. El 40 por ciento aproximadamente de la producción de pescado es objeto de comercio internacional, y se ha aducido siempre que el comercio internacional tiene efectos negativos sobre la utilización sostenible de los recursos. El descenso espectacular de las principales poblaciones de peces de fondo - bacalao del Atlántico, colín de Alaska, merluza argentina - en el último decenio es una indicación en este sentido, puesto que más de la mitad de esas capturas se destinan al comercio internacional en una u otra forma. Sin embargo, los peces de fondo representan sólo el 11 por ciento del comercio internacional expresado en valor. En lo que respecta a otros productos importantes del comercio internacional (camarones 18 por ciento, atún 9 por ciento, salmón 7 por ciento, pequeñas especies pelágicas 7 por ciento y cefalópodos 5 por ciento), el problema de la pesca excesiva es menos acuciante y en ciertos casos (camarones y salmón) los productos de la acuicultura han sido responsables del auge del comercio internacional. En algunos casos, la disminución de un recurso pesquero podría tener efectos positivos sobre la economía de los países, ya que éstos intensificarían sus esfuerzos para añadir más valor a sus productos. Como se describe en el documento COFI:FT/VII/2000/10, el Fondo Común para los Productos Básicos, con ayuda de la red Fish INFOnetwork y la FAO, ha llevado a cabo diversos proyectos en este ámbito. Sin embargo, el principal problema con que tropieza el comercio de productos con valor añadido procedentes de países en desarrollo sigue siendo la progresividad arancelaria para los productos pesqueros con valor añadido en algunos mercados importantes.

18. La contribución del comercio internacional de productos pesqueros a la seguridad alimentaria se manifiesta indirectamente en el aumento de los ingresos de exportación de productos pesqueros y el empleo que crea en la industria elaboradora. Según algunos análisis2, esto no siempre ocurre. Sin embargo, los datos de referencia para evaluar los efectos del comercio pesquero sobre la seguridad alimentaria en los países en desarrollo son escasos y han de realizarse más estudios para poder determinar la repercusión del comercio pesquero en la seguridad alimentaria.

19. No se ha estudiado nunca detalladamente la importancia de la elaboración del pescado como fuente de empleo, especialmente para los productos destinados a los mercados de exportación. A este respecto, la investigación deberá tener en cuenta el hecho de que la mujer es la principal fuerza de trabajo en muchas fábricas de elaboración de pescado, y que su importancia en la cadena de elaboración aumenta con el valor añadido. En muchas zonas, esta es la única oportunidad de empleo para la mujer. La importancia de este empleo para la seguridad alimentaria es evidente, teniendo en cuenta que la mujer tiende a destinar a la familia, y especialmente a la compra de alimentos, una proporción de sus ingresos relativamente mayor que el hombre.

20. El "comercio leal" es una preocupación en muchos países desarrollados y con respecto a muchos productos. Con el se trata de asegurar que los productores primarios obtengan los beneficios íntegros, por lo que podría ser un buen medio para garantizar que el comercio de productos pesqueros contribuya a la seguridad alimentaria en los países en desarrollo.

MEDIDAS QUE SE PROPONEN AL SUBCOMITÉ

21. Puede que el Subcomité desee formular observaciones sobre la repercusión del comercio pesquero en la sostenibilidad de la utilización de los recursos y la seguridad alimentaria, y expresar sus opiniones en cuanto a la necesidad de más estudios en este ámbito, así como de medidas concretas que pudieran ser apropiadas para garantizar la contribución de la pesca y la acuicultura a la seguridad alimentaria.

1 Véanse los documentos COFI:FT/V/96/4 y COFI:FT/VI/98/3 y los párrafos 13-16 y 12-16 de los informes respectivos (FAO/FI Rep.FIIU/R542 Tri y FAO/FI Rep.FIIU/R589 Tri).

2 John Kurien: "Does international trade in fishery products contribute to food security?". Nota de debate preparada para la Conferencia por correo electrónico de la FAO sobre comercio pesquero y seguridad alimentaria, 1999.